Hijos y Divorcio:
Una mirada preventiva *
Lic. Mabel De Dionigi
En el ciclo de
vida de una familia, el Divorcio representa una crisis fundamental:
hay un antes y
un después.
Todo es distinto
luego de esta crisis que afecta a toda la familia: cónyuges o ex cónyuges,
hijos y familia extensa -abuelos, tíos, amigos, etc.-.
Dada la magnitud
del fenómeno del Divorcio, es necesario abocarse a analizar los efectos
posteriores en los hijos y en los padres, y emprender las acciones pertinentes para
proteger a las familias disueltas de restauraciones patológicas. O sea, una
tarea psicológica preventiva del Post-divorcio, como contribución posible a una
"Cultura del divorcio".
En nuestro
trabajo como Psicólogos, cualquiera sea la Escuela a la cual adherimos
(Sistémica,
Psicoanalítica, Cognitiva, etc., y ya sea que trabajemos o estemos entrenados
para accionar
con personas individuales, o con parejas o con familias), son importantes las
hipótesis con que nos manejemos. Trabajar con un adulto, excluyendo o dejando
excluir a un miembro significativo para el hijo, puede ser una maniobra
iatrogénica proveniente de una hipótesis litigante que puede llevar a aumentar desequilibrios emocionales preexistentes en un
hijo. Cuando se exige a los hijos de matrimonios separados optar por uno de los
progenitores, se los somete a un conflicto de lealtades de tal magnitud que
puede llevar a aumentar o desencadenar patología psíquica. A modo de ejemplo
recuerdo una paciente de 20 años, que la trae la madre presentando alucinaciones
visuales y auditivas. La paciente vivía con la madre y una hermana menor y
"no quería quedarse sola cuando oscurecía pues por la ventana de su
comedor, que daba a un patio interior en planta baja, veía pasar un hombre con
sombrero que la regañaba". Había dejado de estudiar, aunque había sido una
alumna brillante años atrás, se encerraba mucho tiempo en su pieza, hablaba
poco y comía mucho. Hacía cinco años que sus padres se habían separado y ella había
tomado partido por su madre, ayudando a ésta a echar al padre de la casa,
tomando y gritando el mismo discurso de la madre. Desde entonces, se niega a
salir a la puerta de calle, cuando y donde su hermana sale a hablar con el
padre, que la visita todas las noches. Sus padres, (que cursaban un Divorcio
Maligno, muy incrementado por sus abogados, que al no ser especialistas en
Derecho de Familia, eran muy litigantes y tenían la hipótesis de que su cliente
debía ganar, hacer trizas al otro, sin detenerse en que esto destruyera la
familia), se habían esforzado en obtener cada uno por su parte, la elección de
que esta hija viva con ellos, presionándola a rechazar al otro progenitor. Esto
desencadenó un conflicto de lealtades con sentimientos de culpa, violencia,
terminando en un cuadro con alucinaciones. Éstas revirtieron al trabajar con
A., la paciente, la sobreinvolucración en el Conflicto de Lealtades, su culpa,
al creer que el divorcio de sus padres fue por su comportamiento, y luego se
siguió trabajando otros aspectos. Éste es un ejemplo de las
consecuencias no
inmediatas de los efectos de un Divorcio Maligno en los hijos y que estos
efectos no son solamente en niños pequeños, sino en todas las edades.
¿Por qué pensar
en una Terapia de Divorcio? ¿Y para qué?
El objetivo es
preservar a los hijos y la relación padres-hijos, hijos-padres, ya que esta
relación no admite un divorcio. Es necesario, pues, garantizar a los hijos el acceso
a ambos padres, el derecho a ser leales a ambos padres y a no ser partícipes de
descalificaciones entre ellos.
Si bien nuestro
pedido de intervención como Psicólogos puede tener lugar en cualquiera de las
tres etapas: - Pre-divorcio, Divorcio o Post-divorcio—, cuanto antes podamos
intervenir, mayores serán las chances de evitar un Divorcio Destructivo. El
divorcio es una experiencia distinta para los niños y los adultos. Muchas
veces, los ex cónyuges están tan absorbidos por sus propias preocupaciones,
celos, desconfianzas, sensaciones de traición y demás sentimientos que desencadena
el divorcio, que no pueden ver que a los hijos también les están pasando cosas.
Según Judith
Wallerstein, los niños de cualquier edad se sienten rechazados cuando sus
padres se divorcian. Cuando uno de los progenitores abandona al otro, los niños
se sienten como si los abandonaran a ellos, padecen un gran temor y pueden
sentirse profundamente solos. Algunos ocultan su enojo, otros lo exteriorizan. Muchos
se sienten culpables por no
poder recomponer
el matrimonio de sus padres. Los hijos deben saber que no depende
de ellos la
recomposición, ni que ellos podrán salvarlo.
Los niños pueden
sentirse como desamparados al perder la protección que implica la familia
intacta y sentir que ya no tienen familia. Pero es necesario que puedan
recuperar la imagen que la familia no se destruye, sino que se transforma de
nuclear en binuclear: la casa de la mamá y la casa del papá.
También los hace
sentir inseguros el perder la cotidianeidad de ver a ambos progenitores y tener
que esperar el día de visita... y esto sucede en el mejor de los casos, en que
se plantee un Divorcio Benigno, pero ¿qué ocurre cuando uno de los padres
obstaculiza que el otro progenitor vea a los hijos? ¿Qué ocurre cuando en el post-divorcio
sigue la pelea entre los ex cónyuges, la competencia, la rivalidad,
desacuerdos, desconfianzas, resentimientos, desvalorizaciones y vuelven los
incidentes judiciales por alimentos, régimen de visitas, etc.? ¿Y cuando los
hijos no pueden ver al otro progenitor con quien no conviven y a quien
secretamente quieren, porque sus padres se descalifican o atacan mutuamente?
¿Cuando uno de los padres deja de ver a sus hijos o se convierte en padre o
madre periférico, no comprometido con la crianza? Aquí estamos en presencia de
un Divorcio Maligno. Aquí
hay sufrimiento
psíquico para los hijos. Aquí están en riesgo.
Según P.
Herscovici, las estadísticas indican que sólo un tercio de los niños que atraviesan
la etapa de divorcio de sus padres, salen sin trastornos emocionales duraderos.
Entonces: si se
conoce la problemática ¿por qué no implementar medidas de Prevención?
La
co-parentalidad es una de las características del Divorcio Benigno e implica que
ambos padres sigan asumiendo cada uno su rol materno y su rol paterno aún en el
post-divorcio.
Pero ¿cómo lograr
que personas que tanto se pelearon en sus vidas como marido y mujer, puedan
ponerse de acuerdo, ya separados, en la crianza de sus hijos?
Y éste es un
tema crucial en la Terapia de Post-Divorcio: ayudar a los ex cónyuges en esta
contradictoria y paradojal interacción, a separarse en sus roles como marido y
mujer (en sus peleas, competencias, desconfianzas, celos, etc.) y unirse en su accionar
como padres (en asumir acuerdos y roles conductores de la vida de los hijos) o
sea: en la Co-parentalidad.
Entonces, cuando
se desencadena un divorcio, es bueno que los padres puedan tener en cuenta:
- A pesar de los
sentimientos enfrentados, ser capaces de separar las necesidades de los hijos
de las de los adultos.
- Comprender y
aceptar que el divorcio afecta a sus hijos, alterando sentimientos y planes de
vida.
- Aún separados
como cónyuges, comprometerse en el ejercicio de la coparentalidad
Ofrecer apoyo
emocional y económico.
- Evitar que la
disputa conyugal se traslade a los roles parentales en:
- desautorizar
al otro progenitor;
- descalificar
al otro progenitor;
- forzar la
lealtad hacia uno solo de los progenitores;
- quitarse el
apoyo en lo emocional, lo económico y en la crianza.
Por último,
cuando se plantea un divorcio, tan importante e imprescindible es recurrir al
Asesoramiento Legal, como lo es recurrir al Asesoramiento Psicológico, por las
consecuencias a corto y largo plazo, en las personas involucradas.
Desde el punto
de vista de la Prevención de la Salud Mental en nuestra sociedad, compuesta en
un más de 50% de personas involucradas en el Divorcio, sería bueno pensar en
ampliar los esfuerzos para evitar que
estos procesos se tornen patológicos, con el consecuente aumento de conductas violentas
y perturbadas, volcadas a nuestra sociedad. El ámbito natural donde debe
resolverse es en los Tribunales de Familia.
Pensar en crear
más cargos, por concurso, de Psicoterapeutas especializados en Terapia
focalizada de Divorcio Maligno (o Divorcio Destructivo) en los Tribunales de
Familia, no es un gasto más en el presupuesto de la Nación y de las Provincias,
sino una inversión que disminuiría otros altísimos costos que estamos pagando
todos en la sociedad.
Ayudaría a los
ex cónyuges a encontrar acuerdos más duraderos.
Ayudaría a la
Justicia a no estar tan sobrecargada porque se reabren los expedientes con más
incidentes y se judicializan los conflictos luego de acuerdos.
Ayudaría a los
hijos porque en la medida que se vayan resolviendo los conflictos familiares
y no se los
forzara a elegir a un progenitor y fallarle al otro, no habría tanto incremento
de patología psicológica.
Además los hijos
necesitan ser ayudados para no sentirse culpables del divorcio de sus padres y
poder apostar ellos mismos al amor, porque no tienen por qué repetir la vida de
sus padres.
BIBLIOGRAFIA
- De Dionigi,
Mabel y Kielmanowicz, Raquel - Divorcio y su incidencia en los hijos - VIII
Congreso Internacional de Psiquiatría A.A.P. Buenos Aires, 2001.
- De Dionigi,
Mabel - Divorcio Patológico. Prevención en Niños y Adolescentes – XIX Congreso
Argentino de Psiquiatría y IV Congreso Internacional de Salud Mental - Mar del
Plata, abril de 2003.
- Díaz
Usandivaras, Carlos, De Dionigi, Mabel y Bojman, Norma - La violencia en el
Divorcio y post divorcio. Técnicas para su manejo - III Congreso Interinstitucional
de Psicopatología y Salud Mental y II Simposio sobre prevención de la Violencia
Familiar. Bs. As. 1988
- Glasserman, M.
R. - El cambio en la terapia del divorcio destructivo - En la
revista Sistemas Familiares, de ASIBA, Año 8, N° 2, 1992.
- Herscovici,
Pedro - Padres e hijos de la separación - Revista
Sistemas Familiares (ASIBA) Año 2 Nº 3.
- Salzberg,
Beatriz - Los niños no se divorcian - Ed. Logos, Barcelona.
• Wallerstein,
J. y Blakeslee S. - Padres e Hijos después del Divorcio - Ed. Vergara.
* Publicado en Revista ENCUENTROS, Clínica
y Teoría en Terapia Sistémica. Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos
Aires, Argentina, Distrito XV, Noviembre de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario