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sábado, 24 de agosto de 2013

¿Existe el trastorno de aprendizaje? Distintos paradigmas


Desde el trastorno hacia el síntoma

Lic. Graciela Bosio



"—Triste, larga y no sin cola es mi historia —dijo el Ra­tón, entre suspiros, dirigiéndose a Alicia.
—Una cola ciertamente larga —dijo Alicia, contem­plándola asombrada—, pero ¿por qué la llamas triste?"1
Malentendido de Alicia, malentendido que como seres parlantes, nos atraviesa...

Existencia
Agradezco a la Lic. Leticia Gianolini, a la Lic. Liliana Macrina y a la Comisión de .Educación la invitación a participar en esta jornada.
Sexta Jornada de Psicología Educacio­nal en el Colegio de Psicólogos, que lleva por título: ¿Existe el  trastorno de aprendizaje? Distintos paradigmas.
El trastorno de aprendizaje, ¿existe? Respondo: sí. El mismo hecho de nombrarlo, es un decir que le otorga existencia. Aparece en plural, "Trastornos del aprendizaje", en el manual DSM-IV2 so­ltado como referente, para codificar diagnósticos por las obras sociales y pre-pagas. Da título a una categoría que incluye los allí considerados problemas, que plantean obstáculos en los aprendi­zajes escolares esperados, según una media establecida. Este manual se acompaña de un vademécum farmacológico, para resolver los cuadros psicopatológicos descriptos.
Nombrada la enfermedad, aparecen los enfermos. "No hay nin­guna realidad pre-discursiva. Cada realidad se funda y se define por un discurso"3. En este sentido existi­rán luego los niños que porten estas no­minaciones: disléxico, disgráfico, u otras a partir de los también llamados trastor­nos: T.G.D. o A.D.D. La medicación es un recurso utilizado frecuentemente, y es abultada la cantidad de dinero que re­caudan los laboratorios de especialidades medicinales, al haber generalizado las expresiones de malestar en un trastorno mé­dico. Se medica al niño inquieto, al que no atiende, al que cuestiona, al que no se relaciona, al que pega. Queda desalojada la singularidad, destituido el sujeto, desapa­recido el deseo. Marcas de la época.
Distintos paradigmas. La aclaración intro­duce la diferencia. Existen diferentes mo­delos, otros discursos, que dan cuenta de lo que se nombra trastorno de aprendizaje, la distinción posibilita pensar que hay un no-todo. El psicoanálisis considera sínto­mas a las dificultades en la lectoescritura, el cálculo, o los problemas de aprendiza­je generalizados. El psicoanalista sostiene desde su deseo un lugar de palabra para ese niño, en el que pueda hablar, jugar, desplegar sus producciones que generan desconcierto, a veces también angustia en los maestros y en los padres, y que el niño puede sentir como un rechazo, producien­do detenciones en sus aprendizajes. Se tra­ta de hacer hablar al síntoma, considerado como efecto de lenguaje. Freud, en Inhibición, síntoma y angustia, sostiene que los síntomas constituyen una forma de evitar el encuentro con la castración del Otro, generalmente la madre.
Lacan, en La tercera, dice: "Que el síntoma sea, ante todo, algo que no cesa de escribirse de lo real y lograr amansarlo hasta el punto en que el lenguaje pueda hacer con el equívoco (...)"4.
Recuerdo a un niño al que sus padres llevaron a varios neurólogos v psicopedagogos; al no lograr solución a sus problemas de atención en la escuela, cansados va, lo trajeron a consulta. El niño presentaba gran inquietud, se golpea­ba con frecuencia y no realizaba las tareas escolares. También tenía dificultades para dormir, se durmiera donde se durmiera, auto, cama o sillón, solía despertarse aterrorizado. Un día, luego de varios encuentros, me dice: "Viste, Graciela, abajo en la vereda hay un pajarito, no sé si está muerto o dormido", "¡Ah! Pero no es lo mismo, ¿cómo estaba?", le pregunto, "Tenía los ojos abiertos, las plumas duritas... sí, estaba muerto", respondió con algo de tris­teza. Al poco tiempo sus padres, asombrados, me contaban que había dejado de tener despertares aterrorizados, podía dormir con tranquilidad. Este niño, vaya a saber por qué cosas vistas u oídas, confundía dormir con morir. ¡Cómo no iba a estar inquieto!
Dice Freud en Moisés y la religión monoteísta: "Los traumas son vivencias en el cuerpo o bien percepciones sensoriales, las más de las veces de lo visto y oído, vale decir vivencias o impresiones"5. La intervención en transferencia posibilitó, que la fijación de un goce cediera y el niño produjera un pasaje a otra posición subjetiva.
Los profesionales que atienden los llamados trastornos de apren­dizaje, psicólogos y psicopedagogos, atribuyen la problemática a causas neurológicas, retrasos madurativos o dificultades del entor­no. En general los tratamientos responden a formatos universales: reeducación, apoyo escolar, tratamientos cognitivo-conductuales y/o medicación. No toman en cuenta lo propio del sujeto, su par­ticularidad en la formación del síntoma. Si el niño no aprende, algo dice con eso que le pasa.
"Un niño nace inmerso en el lenguaje, es hablado mucho antes de su nacimiento, sujeto de un lenguaje que lo precede a través del cual recibe formas de hablar, amar, gozar que harán a su historia y con lo cual construirá sus propias teorías y representaciones desde su lugar como sujeto en relación a otro"
Fausto
Lacan en Dos notas sobre el niño, ubica el síntoma del niño re­presentando la verdad de la pareja de sus padres, o bien revelan­do la verdad del objeto del fantasma materno. "El niño realiza la presencia de eso que Jacques Lacan designa como el objeto 'a' en el fantasma. Satura de este modo sustituyéndose a ese objeto, el modo de falta en el que se especifica el deseo (de la madre), sea cual fuere la estructura especial de este deseo: neurótico, perverso o psicótico"7.
A modo de ilustración: en el jardín un niño de cinco años no realiza producciones. En la sala la maestra me dice: "Siempre está "mirando, como perdido". Me acerco a la mesa, tiene las ma­nos en el bolsillo canguro de su delantal, el cuerpo laxo y babea “Hola Fausto", le digo, no me mira ni responde, "Bueno, ¿qué tenemos aquí? ¿Un nene o un peluche?", insisto, reacciona, me mira enojado, "¡No!", me dice. Me siento en una sillita en la mesa con el grupo en el que está, me cuentan que él no hace nada, ro, con las manos en el bolsillo no va a poder", les digo. Uno ir los nenes cuenta, que vio Cars y Mate es un auto que tiene una roldana para rescatar a otros autos, le digo que puede usarla para rescatar las manos de Fausto hundidas en el bolsillo, "¡No!", Fausto con intensidad. El compañero se entusiasma, Fausto se pone cada vez menos, entre preocupado e intrigado, entre los dos jugamos a rescatar las manos de Fausto, que deja de oponer resistencia, se ríe y sigue el juego. Ubica las manos en la mesa y se c ocurre jugar entre los tres el juego de las manos intercaladas te van cambiando posiciones de abajo hacia arriba. Se divierte mucho, y después de unos ensayos lo realiza con precisión. Luego ce su primera actividad. Con dificultad puede garabatear en la hoja y usar el pincel.
Es el menor de varios hermanos bastante mayores que él, su madre relata que duerme con ella y su marido en la cama matrimonial, y sus hermanos lo tratan como a un bebé. Es el pequeño de .a casa, a veces lo traen alzado al jardín. La sorprende que Fausto tenga dificultades para aprender, no observó nada de eso, "Es mi chiquito", dice ofuscada. Fausto como mascota de la casa. Un peluche de su madre que no transmite el no del padre, dejando al niño fusionado en ella. Fausto queda "como perdido". En otra oportunidad me dice: "Fausto vi­no hoy", "Sí, ya veo que viniste", respondo. Se nombra en tercera persona. Hablar en su propio nombre diciendo "yo", implica reprimir el deseo del Otro (materno) que lo quiere como objeto, como "él". "Tiene un nombre que todavía no le pertenece, lo lleva como una etiqueta"8. Para hablar en nombre propio, hace falta la identificación con la imagen del semejante (estadio del espejo, narcisismo, aparición del yo), en­tonces podrá producir sus aprendizajes.
Es necesaria la función paterna, entendida como función de castración, para que se produzca alguna falta en el campo de este Otro materno, que posibilite la aparición del niño como sujeto deseante. Fausto ten­drá que realizar el recorrido, desde la posi­ción de objeto de goce a la de sujeto divi­dido, articulado al inconsciente.
Es importante el trabajo de la maestra, dándole un lugar al escucharlo, recono­ciéndolo como otro, un sujeto que habla y al que le habla. Dice Gérard Pommier que a cambio de este reconocimiento el ni­ño acepta los sentidos que el adulto da a los sonidos de la lengua. A cambio de este don, se interesa por lo que se espera de él.
Los Jardines
En los jardines está ocurriendo algo que puede llegar a afectar o ya está afectando los aprendizajes. Actualmente observamos en los maestros una inhibición de la ternu­ra, por temor a alguna acusación de abu­so por parte de los padres. En casi todos los jardines, los niños que accidentalmente se orinan, quedan mojados hasta que al­gún familiar se presente a cambiarlos. Una maestra dice:
"Prefiero que me acusen de abandono de persona y no de abuso". Así, les queda sólo a los familiares asistirlo, al restarse el maes­tro de ayudar al niño. El docente queda atrapado en una disyuntiva sin salida pa­ra su actuar profesional, y los padres pre­ocupados al dejar a sus niños con perso­nas en las que no confían, al aceptar estas condiciones. Los docentes evitan también acariciarlos o abrazarlos, lo que les impide responder con naturalidad a expresiones afectivas de los chicos. Es una situación que no favorece la separación, la exogamia, posibilitadoras de los aprendízajes. Se produce un importante daño en el lazo social, producto de cultura.
Dice Freud: "Ya hemos entrevisto que una de las principales finalidades de la cultura persigue la aglutinación de los hombres en grandes unidades; pero la familia no está dispuesta a renunciar i individuo. Cuanto más íntimos sean los vínculos entre los miembros de la familia, tanto mayor será muchas veces su inclinación aislarse de los demás, tanto más difícil le resultará ingresar en la esferas sociales más vastas"9.
El Diseño curricular para la Educación Inicial, en el apartado El Cuidado del Propio Cuerpo y la Sexualidad, expresa: "Es necesario aquí revisar dos aspectos. Por un lado, la preservación de la propia intimidad, ya que es necesario que el niño sepa que "nadie puede manipular mi cuerpo, ni tiene derecho a tocarme o invadir m espacio íntimo (...). En cada una de las situaciones es preciso con versar y acordar criterios con la familia de los alumnos"10.
La primera advertencia resulta un exceso. Se produce además un desplazamiento entre manipular y tocar, manipular indica la posibilidad de abuso, que se desplaza hacia tocar que no lo india ¿Cómo constituiría su cuerpo un niño que no fuera tocado? Sería semejante a un robot.
Se nace con un soma, organismo biológico. Para constituirse un cuerpo y advenir un sujeto se hace necesario Otro maternante que a través del lenguaje le confirme el cuerpo. Cuerpo que pierde como soma, a consecuencia de los cuidados maternos, que L envuelven con sus palabras y sus caricias, al satisfacer las necesidades del niño. En esos intercambios: ver, oír, balbucear, incorporal expulsar, comienza un modo de relacionarse con el mundo cad vez más complejo.
Dice Leticia Gianolini en relación al sujeto del lenguaje: "Está enlazado a un cuerpo real, que goza, sufre, que tiene angustia; Ese cuerpo nace y muere una vez. Está también enlazado a un imagen de ese cuerpo en el que se refleja, se representa. El sujeto está también anudado a un cuerpo simbólico, metáfora de su ser, que puede nacer y morir más de una vez. Nuestros goces están regulados por el nombre del padre"11. Simbólico, real e imaginario, enlazados fabrican el sujeto del deseo, en la relación al Otro que se expresa en la demanda y se localiza en el discurso. "Desde esta perspectiva el sujeto del deseo está situado por un discurso, es el producto de un lazo social.
¿Cómo constituiría su cuerpo un niño que no fuera tocado? ¿Cómo aprendería un niño que no puede ser dejado en manos de otros Otros?
Los medios tratan de manera inadecuada la información, preocupan, atemorizan, escandalizan, fascinan, paralizan. No generan espacios de reflexión que acompañen las impactantes noticias sobre algún supuesto abuso en una institución. Tiempos de alienación globalizada, consumista y mediática, en los que rescatar el deseo será la manera de sustraerse, recuperando los lazos sociales para generar nuevas propuestas productoras de cultura, soportando el malestar.

NOTAS
1- Carroll, Lewis, (2010). Alicia en el país de las maravillas (Pág.45). Buenos Aires: Ediciones Debolsillo.
2- DSM-IV Breviario-Criterios diagnósticos. (1995). Bue­nos Aires: Editorial Masson.
3 -Braunstein, Néstor, (2005), Cita de Lacan (1973) En­coré, Lingüistería. En El lenguaje y el inconsciente freudíano (Pág. 218). Buenos Aires: Ediciones Siglo XXI. 2005.
4- lacan, Jaques, (1988). Intervenciones y textos 2, La ter-:era, (Pág.96). Buenos Aires: Ediciones Manantial.
5- Freud, Sigmund, (1937-1939). En Obras Completas, Moisés y la religión monoteísta.
6- Gianolini, Leticia, (2010). La educación: ¿práctica im~ : osible? Encuentros 31, 11.
7- Lacan, Jaques, (1988). Intervenciones y textos 2, Dos >iotas sobre el niño, (Pág. 55). Buenos Aires: Ediciones Manantial.
8- Pommier, Gérard, (2010). Cómo las neurociencias demuestran el psicoanálisis, (Pág.36). Buenos Aires: Letra Viva.
9- Freud, Sigmund (1937-1939). En Obras Completas, El malestar en la cultura y otros ensayos. Diseño Curricular para la Educación Inicial (2008), (Pág.55). Buenos Aires.
10- Gianolini, Leticia, (2010). La educación: ¿práctica imposible?, Encuentros 31. Buenos Aires, Colegio de Psicólogos Distrito XV.
11- Ibídem.

BIBLIOGRAFÍA
- Carroll, Lewis (2010): Alicia en el país de las maravillas, Buenos Aires, Ediciones Debolsillo.
- DSM-IV Breviario-Criterios diagnósticos (1995), Bue­nos Aires, Editorial Masson.
- Braunstein, Néstor (2005): El lenguaje y el inconsciente freudiano, Buenos Aires, Ediciones Siglo XXL
- Freud, S: El malestar en la cultura y otros ensayos, Obras Completas.
- Freud, S: Moisés y la religión monoteísta, Obras Completas.

-Freud, S: Tres ensayos para una teoría sexual, Obras Completas.
- Freud, S: Inhibición, síntoma y angustia, Obras Completas.
- Freud, S: Introducción al narcisismo, Obras completas.
- Lacan, J. (1991): El estadio del espejo como formador de la junción del yo (je) tal como se nos revela en la experien­cia psicoanalítica, En Escritos 1, Buenos Aires, Edicio­nes Siglo XXI.
- Lacan, J. (1988): Dos notas sobre el niño, en Intervencio­nes y Textos 2, Buenos Aires, Ediciones Manantial.
- Lacan, J. (1988): La tercera, en Intervenciones y Textos 2, Buenos Aires, Ediciones Manantial.
-              Diseño Curricular para la Educación Inicial (2008), Buenos Aires.
- Gianolini, Leticia: La educación: ¿práctica imposible? Encuentros 31. Buenos Aires, Colegio de Psicólogos Distrito XV.
- Pommier, Gérard (2010): Cómo las neurociencias de­muestran el psicoanálisis, Buenos Aires, Letra Viva.

- Najles, Ana Ruth (2008): Problemas de aprendizaje y psicoanálisis, Buenos Aires, Grama Ediciones.

Publicado en revista ENCUENTROS, publicación del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires - Distrito XV. Noviembre de 2012

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