A
veinte años, Luz: La apropiación de identidad y su restitución. Perspectiva
psicoanalítica *
Lic. M a r í a V i c t o r i a Mora
A partir de la novela familiar que la obra literaria
A veinte años, Luz de Elsa Osorio relata, este trabajo indaga sobre las
particularidades de un caso de apropiación ilegal y de la incansable búsqueda
de identidad -con la reconstrucción subjetiva que conlleva- de Luz, su
personaje principal. Se trata de un posible recorrido psicoanalítico de
distintas aristas que esta historia presenta
"El
tratamiento simbólico de la tragedia es un indicador
de la capacidad
de los pueblos para elaborar su historia."
] . ] . Michel
Fariña
La primera
pregunta que podemos formular a partir de la apropiación de u n niño es si ese
grupo puede ser llamado familia. Si un hombre y una mujer, que roban o
consienten en aceptar u n niño robado, rebajándolo al estatuto de objeto, puede
ser llamado familia.
Una respuesta
posible es que no habría familia allí. Lo que se constituye es de otro orden.
Es más bien del orden de la farsa.
Toda familia, a
través de sus múltiples discursos y voces, ayuda a construir para los hijos una
ficción que opera de modo eficaz desde el punto de vista simbólico, permitiendo
a todo niño construir un relato sobre su novela familiar.
Cuando se niegan
el origen y la identidad y se inventa una filiación que no es, lo que se
constituye en ese movimiento es una farsa y no una ficción.
Lo que aparece
entonces no son las funciones materna y paterna, tal como se establecen frente
al nacimiento de un hijo o una adopción legal. Nos encontramos con personas
sosteniendo un engaño, manipulando a un niño con los efectos devastadores para
la subjetividad que esto implica.
"La mentira
que engaña efectivamente se consuma a través del montaje de un teatro
fraudulento donde es la mala fe quien construye la puesta en escena. En cambio,
el carácter verdadero de una ficción reside en la eficacia simbólica que de
ella emana y que opera sobre todos aquellos que se encuentran tomados por la misma."
(1)
A 20 años Luz, novela de Elsa Osorio,
cuenta la historia de una familia atravesada por la apropiación ilegal de u n
niño en la última dictadura cívico militar argentina. Aunque se trata de una
ficción, bien podría tratarse de una de las historias de los 500 niños apropiados
en el contexto socio político de la última dictadura que ha sufrido la
argentina. En ese sentido se trata entonces de una ficción sobre lo real.
Esta es la
historia de una joven de 20 años quien tras encontrarse encarnando su función
materna, termina por reconocer que hay un secreto familiar que la acompaña. El
contacto de su boca con la tetina de la mamadera de su hijo, hace que su cuerpo
recuerde por ella, aquello que ha vivido. La goma de la tetina la invade de angustia,
es el cuerpo quien recuerda por el sujeto.
Así Luz
resignifica cierta angustia congénita que la ha acompañado toda la vida.
Comienza entonces para ella un camino empujada por su absoluto deseo de conocer
su identidad. Ahí se encuentra el punto de viraje donde ella decide ubicarse en
el camino del deseo tomando distancia de la posición de goce en la que se
encontraba, esta posición particular en la que se sospecha pero no se pregunta,
se viven ciertas experiencias que presentan un enigma pero no se indagan. Este
camino termina con la posibilidad de reconstruir su vida desde su nacimiento en
cautiverio. Dice Samuel Basz: "se trata de encontrar los medios de
enfrentarlos a una elección entre la comodidad de una ignorancia que infecta
inevitablemente su destino como sujeto por un lado o bien pagar el precio del
trabajo que conlleva encontrarse con sus marcas de nobleza para producir un
saber liberador sobre su verdad subjetiva" (2) .Luz deja allí
definitivamente su ignorancia y cierta comodidad, porque lo cierto es que ella
siempre se ha sentido incómoda con esa historia impuesta. Ahora toma la
decisión de pagar el precio que haga falta por encontrar sus verdaderas marcas
constitutivas.
Luz es apropiada
por decisión de quienes luego serían sus abuelos maternos: su abuelo un alto
mando militar, frente a la contingencia de haber nacido un nieto muerto, decide
en el mismo movimiento reemplazarlo por una nieta apropiada del centro
clandestino de detención que comanda. Esto inscribe a Luz en una trama generacional
y simbólica que no es la propia, interrumpiendo, ya desde el secuestro de su
madre, el deseo que la esperaba, su lugar en el campo significante del Otro que
habría tenido que alojarla. Se recorta un primer momento en que aparecen goce y
secreto, momento fundante de esta farsa: un padre y una madre (abuelos
apropiadores de la niña) quienes deciden ocultar a su hija el nacimiento de un
h i j o muerto. Se ubica una clara posición gozosa en torno al poder sobre la
vida y la muerte, gozan de manipular el destino ajeno, dueños de la vida y la
muerte: si un niño muere es fácilmente reemplazable para evitar la frustración de
su hija, taponando la pérdida. Secreto que lo es también para los padres que se
harán cargo de ella. Esta es la contrapartida de la posición gozosa de los
abuelos en torno al poder y el secreto.Eduardo y Mariana, padres apropiadores
de Luz, aún no sabiendo su origen, son responsables subjetivamente de aceptar
una niña que saben no es propia. Ambos terminan consintiendo a sostener el
secreto que los une, terminan siendo subjetivamente responsables del secreto y
la familia que este abuelo apropiador arma y sostiene a cualquier precio.
Luz se
encuentra, así a los 20 años y después de dar a luz, realizando una búsqueda
subjetiva de la identidad que se anuda también al encuentro con ese hombre que
sería luego el padre de su hijo, quien a su vez es portador de la trágica
historia de este país: él es h i j o de desaparecidos.
A partir de dar
a luz, definitivamente decide alejarse de la oscuridad, y empezar a construir
su nueva subjetividad. Su historia auténtica, la ficción que debería haber sido
su lugar de nacimiento subjetivo, alejándose para siempre de la farsa que
quisieron imponerle.
Este es el
inicio de un camino nuevo, como se escucha en el testimonio de los nietos recuperados,
es un volver a nacer. Es construir una nueva subjetividad, con los relatos de
la verdadera familia. Podría ser pensado como un nacimiento subjetivo, si
pensamos la identidad como construcción en permanente devenir, incluyendo irremediablemente
la libertad, la libertad de enfrentarse con la verdad de la propia historia
alguna vez denegada.
NOTAS
1. FARIÑA, Juan
Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos (Comps.): "La encrucijada de la
filiación", p. 18
2. BASZ, Samuel:
"Las marcas de la nobleza", del libro "Identidad construcción
social y subjetiva". Primer Coloquio Interdisciplinario de Abuelas de
Plaza de Mayo.
BIBLIOGRAFÍA
OSORIO, Elsa:
"A veinte años, Luz". Ed. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999.
MILLER ,
Jacques-Alain: "Cosas de familia en el inconsciente". Revista
Mediodicho N ° 3 2 , Córdoba, Agosto de 2007
KLETNICKI ,
Armando: "Niños desaparecidos: la construcción de una memoria". En FARIÑA,
Juan Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos (Comps), "La encrucijada de la
filiación", Buenos Aires, Ed. Lumen Humanitas, 2001
FARIÑA, Juan
Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos: "Introducción: apropiación-restitución de
niños y tecnologías reproductivas". En FARIÑA, Juan Jorge y GUTIÉRREZ ,
Carlos (Comps), "La encrucijada de la filiación", Buenos Aires, Ed.
Lumen Humanitas, 2001
ABUELAS DE PLAZA
D E MAYO: "Restitución de niños", Eudeba, Buenos Aires, 1997.
ABUELAS DE PLAZA
DE MAYO: "Identidad construcción social y subjetiva" Primer Coloquio
Interdisciplinario, 2004.
* Publicado en
Revista ENCUENTROS, Clínica y Teoría Psicoanalítica Nº 32. Colegio de
Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, Distrito XV, Noviembre
de 2011.
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