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lunes, 8 de febrero de 2016

La apropiación de identidad y su restitución

A veinte años, Luz: La apropiación de identidad y su restitución. Perspectiva psicoanalítica *

Lic. M a r í a V i c t o r i a Mora

A partir de la novela familiar que la obra literaria A veinte años, Luz de Elsa Osorio relata, este trabajo indaga sobre las particularidades de un caso de apropiación ilegal y de la incansable búsqueda de identidad -con la reconstrucción subjetiva que conlleva- de Luz, su personaje principal. Se trata de un posible recorrido psicoanalítico de distintas aristas que esta historia presenta

"El tratamiento simbólico de la tragedia es un indicador
de la capacidad de los pueblos para elaborar su historia."
] . ] . Michel Fariña

La primera pregunta que podemos formular a partir de la apropiación de u n niño es si ese grupo puede ser llamado familia. Si un hombre y una mujer, que roban o consienten en aceptar u n niño robado, rebajándolo al estatuto de objeto, puede ser llamado familia.

Una respuesta posible es que no habría familia allí. Lo que se constituye es de otro orden. Es más bien del orden de la farsa.

Toda familia, a través de sus múltiples discursos y voces, ayuda a construir para los hijos una ficción que opera de modo eficaz desde el punto de vista simbólico, permitiendo a todo niño construir un relato sobre su novela familiar.

Cuando se niegan el origen y la identidad y se inventa una filiación que no es, lo que se constituye en ese movimiento es una farsa y no una ficción.

Lo que aparece entonces no son las funciones materna y paterna, tal como se establecen frente al nacimiento de un hijo o una adopción legal. Nos encontramos con personas sosteniendo un engaño, manipulando a un niño con los efectos devastadores para la subjetividad que esto implica.

"La mentira que engaña efectivamente se consuma a través del montaje de un teatro fraudulento donde es la mala fe quien construye la puesta en escena. En cambio, el carácter verdadero de una ficción reside en la eficacia simbólica que de ella emana y que opera sobre todos aquellos que se encuentran tomados por la misma." (1)

A 20 años Luz, novela de Elsa Osorio, cuenta la historia de una familia atravesada por la apropiación ilegal de u n niño en la última dictadura cívico militar argentina. Aunque se trata de una ficción, bien podría tratarse de una de las historias de los 500 niños apropiados en el contexto socio político de la última dictadura que ha sufrido la argentina. En ese sentido se trata entonces de una ficción sobre lo real.

Esta es la historia de una joven de 20 años quien tras encontrarse encarnando su función materna, termina por reconocer que hay un secreto familiar que la acompaña. El contacto de su boca con la tetina de la mamadera de su hijo, hace que su cuerpo recuerde por ella, aquello que ha vivido. La goma de la tetina la invade de angustia, es el cuerpo quien recuerda por el sujeto.

Así Luz resignifica cierta angustia congénita que la ha acompañado toda la vida. Comienza entonces para ella un camino empujada por su absoluto deseo de conocer su identidad. Ahí se encuentra el punto de viraje donde ella decide ubicarse en el camino del deseo tomando distancia de la posición de goce en la que se encontraba, esta posición particular en la que se sospecha pero no se pregunta, se viven ciertas experiencias que presentan un enigma pero no se indagan. Este camino termina con la posibilidad de reconstruir su vida desde su nacimiento en cautiverio. Dice Samuel Basz: "se trata de encontrar los medios de enfrentarlos a una elección entre la comodidad de una ignorancia que infecta inevitablemente su destino como sujeto por un lado o bien pagar el precio del trabajo que conlleva encontrarse con sus marcas de nobleza para producir un saber liberador sobre su verdad subjetiva" (2) .Luz deja allí definitivamente su ignorancia y cierta comodidad, porque lo cierto es que ella siempre se ha sentido incómoda con esa historia impuesta. Ahora toma la decisión de pagar el precio que haga falta por encontrar sus verdaderas marcas constitutivas.

Luz es apropiada por decisión de quienes luego serían sus abuelos maternos: su abuelo un alto mando militar, frente a la contingencia de haber nacido un nieto muerto, decide en el mismo movimiento reemplazarlo por una nieta apropiada del centro clandestino de detención que comanda. Esto inscribe a Luz en una trama generacional y simbólica que no es la propia, interrumpiendo, ya desde el secuestro de su madre, el deseo que la esperaba, su lugar en el campo significante del Otro que habría tenido que alojarla. Se recorta un primer momento en que aparecen goce y secreto, momento fundante de esta farsa: un padre y una madre (abuelos apropiadores de la niña) quienes deciden ocultar a su hija el nacimiento de un h i j o muerto. Se ubica una clara posición gozosa en torno al poder sobre la vida y la muerte, gozan de manipular el destino ajeno, dueños de la vida y la muerte: si un niño muere es fácilmente reemplazable para evitar la frustración de su hija, taponando la pérdida. Secreto que lo es también para los padres que se harán cargo de ella. Esta es la contrapartida de la posición gozosa de los abuelos en torno al poder y el secreto.Eduardo y Mariana, padres apropiadores de Luz, aún no sabiendo su origen, son responsables subjetivamente de aceptar una niña que saben no es propia. Ambos terminan consintiendo a sostener el secreto que los une, terminan siendo subjetivamente responsables del secreto y la familia que este abuelo apropiador arma y sostiene a cualquier precio.

Luz se encuentra, así a los 20 años y después de dar a luz, realizando una búsqueda subjetiva de la identidad que se anuda también al encuentro con ese hombre que sería luego el padre de su hijo, quien a su vez es portador de la trágica historia de este país: él es h i j o de desaparecidos.

A partir de dar a luz, definitivamente decide alejarse de la oscuridad, y empezar a construir su nueva subjetividad. Su historia auténtica, la ficción que debería haber sido su lugar de nacimiento subjetivo, alejándose para siempre de la farsa que quisieron imponerle.

Este es el inicio de un camino nuevo, como se escucha en el testimonio de los nietos recuperados, es un volver a nacer. Es construir una nueva subjetividad, con los relatos de la verdadera familia. Podría ser pensado como un nacimiento subjetivo, si pensamos la identidad como construcción en permanente devenir, incluyendo irremediablemente la libertad, la libertad de enfrentarse con la verdad de la propia historia alguna vez denegada.

NOTAS

1. FARIÑA, Juan Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos (Comps.): "La encrucijada de la filiación", p. 18
2. BASZ, Samuel: "Las marcas de la nobleza", del libro "Identidad construcción social y subjetiva". Primer Coloquio Interdisciplinario de Abuelas de Plaza de Mayo.

BIBLIOGRAFÍA

OSORIO, Elsa: "A veinte años, Luz". Ed. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999.
MILLER , Jacques-Alain: "Cosas de familia en el inconsciente". Revista Mediodicho N ° 3 2 , Córdoba, Agosto de 2007
KLETNICKI , Armando: "Niños desaparecidos: la construcción de una memoria". En FARIÑA, Juan Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos (Comps), "La encrucijada de la filiación", Buenos Aires, Ed. Lumen Humanitas, 2001
FARIÑA, Juan Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos: "Introducción: apropiación-restitución de niños y tecnologías reproductivas". En FARIÑA, Juan Jorge y GUTIÉRREZ , Carlos (Comps), "La encrucijada de la filiación", Buenos Aires, Ed. Lumen Humanitas, 2001
ABUELAS DE PLAZA D E MAYO: "Restitución de niños", Eudeba, Buenos Aires, 1997.
ABUELAS DE PLAZA DE MAYO: "Identidad construcción social y subjetiva" Primer Coloquio Interdisciplinario, 2004.


* Publicado en Revista ENCUENTROS, Clínica y Teoría Psicoanalítica Nº 32. Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, Distrito XV, Noviembre de 2011.

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